En la jornada del lunes falleció en Rafaela, a los 93 años de edad, la exconcejala Lidia Esther Lentore Vda. de Sarasín. Mujer siempre comprometida con la vida pública, desde su función de docente, donde fue una de las primeras maestras que participó como censista y también ocupó cargos directivo, Lidia había sido electa como concejal en los comicios intermedios de 1985, por el justicialismo, que en ese momento iba con la denominación Frejuli. Junto con ella asumieron en ese año como ediles el demoprogresista Luis Negro, el mavista Juan Carlos Grana y el radical Omar Emmert. Eran los tiempos de una democracia naciente, que recién daba sus primeros pasos, y donde la política se vivía con altos voltajes, luego de la larga noche de la dictadura.
Protagonista en los debates del Concejo de la época, Sarasín fue reelecta para un nuevo período en las elecciones del 14 de mayo de 1989, las miasmas que llevaron a la presidencia a Carlos Menem, en representación del Partido Justicialista. En los mismos comicios habían sido electos Pablo Comtesse, Juan Carlos Grana y Stella Maris Falchini.
En esos años a Lidia le tocó ser protagonista de un momento decisivo en la historia política de la ciudad, cuando se registraron graves denuncias contra la administración del entonces intendente Rodolfo Muriel, que incluyeron una investigación judicial. En marzo de 1990, hubo allanamientos judiciales ordenados por el entonces juez de Instrucción Reynaldo Voglino, y el propio intendente fue retirado del Palacio Municipal en condición de detenido, hecho que provocó una importante conmoción política en la ciudad.
Como consecuencia de esa crisis, cuatro concejales presentaron la renuncia a sus bancas y entre los que presentaron la dimisión estuvo Lidia Sarasín. La acompañaron en esa decisión el demoprogresista Juan Carlos Borio, el radical Pablo Comtesse y el también peronista Waldo Suárez. Lo mismo ocurrió con los suplentes, y consecuentemente el Concejo, que en ese momento tenía 8 integrantes, quedó sin posibilidad de reunir quórum para sesionar. Eso contribuyó de manera decisiva a que se profundizara la crisis institucional, ya que uno de los poderes del Estado local no estaba funcionando. A principios de 1991, el entonces gobernador Víctor Reviglio resolvió intervenir al municipio de Rafaela, destituyendo a Muriel y permitiendo que asumiera un interventor justicialista, el Dr. Jorge Fernández, quien venía de ser ministro de Educación de Reviglio. La «normalización» del municipio de Rafaela se produjo en 1991, cuando se inauguró la «Ley de Lemas», que le permitió a Carlos Reutemann acceder a la gobernación de Santa Fe y a Omar Perotti ser electo por primera vez intendente de Rafaela.